Puesto que este ingrediente está presente en muchas preparaciones, es fundamental conocer presentaciones. La levadura se convierte en el factor inicial de recetas de panadería, pastelería y otros compuestos, por lo que puede generar resultados diversos. En el caso de usar levadura de mala calidad o mal uso las recetas sufrirán hasta el punto de dejar la masa sin recuperación. Esto es así porque puede resultar en un no leudado, cambiar su sabor e incluso afectar la cocción quedando duro o crudo. Por lo tanto, el tipo de levadura a elegir determinará gran parte del proceso culinario.
Hay que tener en cuenta que la levadura es un conjunto de microorganismos y bacterias que, al entrar en juego con otros ingredientes, genera el proceso de fermentación. Esto provoca que la masa se expanda, se vuelva esponjosa y se levante al nivel deseado. Este proceso ocurre a temperatura de 30 grados máximo, del contrario al ser superior puede perjudicarse la fermentación.
Levadura natural, fresca o prensada
Este tipo de levadura es de origen biológico y se encuentra siempre en neveras de supermercados. Su presentación habitual es en cubos envueltos en papel metálico y luego su correspondiente envase transparente. Dichos cubos suelen ser de 25 gramos aproximadamente y son para consumo rápido. Esto se debe a que al ser frescos sus componentes no duran demasiado tiempo y se pone mal. Para guardarla en el hogar el lugar debe ser fresco, seco y oscuro. Si se desea congelar se debe seguir un adecuado proceso de tapar cada superficie del cubo con papel film o su propia bolsa.
Para las preparaciones en general se la usa disolviéndola en agua tibia o leche. Además esta es la levadura típica de panes y se la puede mezclar directamente sobre la harina. Se la pone en el centro y luego se vuelca el agua tibia. Debido a que debe fermentar para hacer su labor en la receta, se la debe dejar reposar el tiempo indicado para nuestro preparado. Ella actuará antes del horneado. Por otro lado, la levadura natural de melaza es recomendable para celíacos. Puesto que no contiene gluten es ideal para este tipo de trastornos.
Levadura artificial o en polvo
Debido a que es la ideal para cocineros o gente que hace gran cantidad de recetas en casa, se la llama también “levadura del panadero”. Esta levadura en seco, puede conservarse durante largos períodos de tiempo, al estar deshidratada puede guardarse sin problemas durante muchos meses. Por otro lado, su poder de levado es cuatro veces superior al de la levadura fresca, por lo que significa también un gran ahorro. Y esto no disminuye su calidad ni sus increíbles resultados. Suele presentarse en sobres de 20 gramos y su precio no difiere demasiado de la prensada.
Finalmente, este tipo de levadura debe ser de calidad por lo que elegir proveedores o tiendas que se dediquen al sector gastronómico es primordial. Además en dichos comercios se podrán encontrar pre-mezclas con esta incluida y facilitar mucho la elaboración de preparados.
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